«Imagina que al nacer sabes que serás un maestro o una maestra, que eres muy poderoso / a, que pusiera unos dones inmensos y que lo único que necesitas para poder darles el mundo es tu deseo. Imagina que llegas a este mundo con el corazón lleno del poder sanador del amor y que lo único que quieres es entregar ese amor a los que te rodean. Imagina que tienes una habilidad innata para crear y que tienes todo lo que deseas y necesitas, es posible que en algún momento de tu vida hayas sabido que no había nadie como tú en el mundo? Y que en cada fibra de tu ser supieras que no sólo poseías la luz del mundo sino que, además, eres la luz del mundo? Es posible que en algún momento supieras quién eras a un nivel muy profundo? Tómate unos minutos y fijado si puedes recordar algún momento en el que supieras la verdad sobre quién eres realmente. » Debbie Ford.
Leer a la Debbie Ford me hizo dar cuenta de que, para que nadie pudiera tomarme o dañar mi don sagrado, lo escondí muy dentro de mí porque nunca nadie pudiera descubrirlo, creé una actuación, una persona, un drama, una historia para que nadie sospechara nunca que era la guardiana de tanta luz. No sólo convencí a los demás de que no era eso sino que me convencí a mí misma. Manifesté exactamente el opuesto a lo que en realidad soy para protegerme de las personas.
Incluso me olvidé que lo había escondido. Donde estaba mi luz, mi amor, mi grandeza, mi belleza? A partir de este momento del olvido, me sentí perdida, sola, separada y asustada. Pensaba que me faltaba algo y buscaba algo o alguien que me hiciera sentir mejor. Buscaba lo que me faltaba, pensaba que no valía y me sentía vacía.
¿Cuántas veces has creído: no valgo lo suficiente, no le importo a nadie, algo no funciona en mí, en sus mil y una variantes y circunstancias? ¿A que no soy la única?
La historia de nuestras vidas es un 90% de percepción, ¿qué significado has dado a los hechos de tu vida? ¿Cómo te has sentido en determinadas circunstancias que se repiten? ¿Qué decidiste que era verdad sobre ti? ¿Qué tiene que pasar para que superes este incidente? ¿Hay algo que necesites decir o hacer para sentirte completo/a? ¿Qué has ganado, qué has aprendido y qué sabes como consecuencia de la experiencia? Estas son las preguntas para atravesar la oscuridad, lo que llaman la «sombra» y, siempre en contacto con tus sentimientos, perdonar, modificar la interpretación y hacer salir el aprendizaje, la luz, la transformación personal.
Es sencillo pero no es fácil enfrentar nuestras sombras y por eso te quiero ofrecer acompañamiento.
Es importante identificar nuestros dramas personales, saber salir de la historia e interpretarla de otra manera que nos haga más felices. De forma similar a la que los abogados cogen los hechos y los explican en beneficio de sus clientes, cada uno puede coger los hechos con carga emocional de la vida y les puede dar sentido.
Revela-te el secreto que te hace sentir tan vulnerable y vive la Plenitud de lo que ya Eres. Acompañarte en este camino sería un lujo para mí. Yo creo en ti. Yo sé quién eres. ¿Lo sabes tú?